La catedral

Salisbury.Cathedral.original.2083
La catedral de Salisbury

A continuaci?n, una brev?sima y antiqu?sima historia repleta de sabidur?a y lecciones ?tiles.

Hab?a una vez un hombre que paseaba pl?cidamente por las inmediaciones de un poblado medieval ingl?s. Caminaba tranquilo y observaba con inter?s, como todo visitante, las particularidades del lugar. En eso estaba cuando divis? a cierta distancia a tres alba?iles que cortaban y daban forma a grandes trozos de piedra. El hombre se acerc? y con curiosidad pregunt? a cada uno qu? estaba haciendo. El primero, lac?nico y sin levantar la vista, le contest? lo que era obvio y visible: que estaba cortando y modelando pedazos de piedra. ?El segundo -un poco m?s locuaz – le explic? que estaba modelando una piedra que usar?a para construir una pared. Cuando le toc? el turno al tercero, mir? al cielo y respondi? sonriente, con un incontenible entusiasmo: ??Estoy construyendo una catedral para honrar a Dios!?. Esto sucedi?, seg?n cuenta la historia (o leyenda), ?mientras se constru?a la imponente catedral de Salisbury.

Tres reflexiones sobre la catedral:

  • No es la tarea lo que importa, sino el significado que cada uno le asigna.
  • La motivaci?n por una tarea o un trabajo depende de la actitud que uno asuma para encararlo.
  • Para construir catedrales imponentes (o cualquier cosa imponente y/o que valga la pena), es necesario proponerse metas trascendentes y objetivos a largo plazo; tener una visi?n que nos inspire y nos marque constantemente la direcci?n a seguir cuando sentimos que el camino comienza a desdibujarse o a volverse mon?tono.

Y para terminar: si quiere, tome la historia de la catedral como una met?fora de la vida misma. Es m?s o menos lo mismo.

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