Woody Allen en la pel?cula Manhattan, recostado en un sill?n, micr?fono en mano, habl?ndole a un grabador setentista a casette se pregunta: Why is life worth living? (?por qu? vale la pena vivir?). Responde lo siguiente: primero, que es una buena pregunta (lo cual es indudablemente cierto) y acto seguido reconoce que en la vida hay ciertas cosas que valen la pena. ?En un medido rapto de confesi?n psicoanal?tica, empieza a enumerar las razones por la cuales la vida merece ser vivida. ?A fuerza de pura asociaci?n libre, Woody (m?s Woody Allen que nunca) enuncia su listado que contiene entre otras cosas y gente a: Groucho Marx, las peras y manzanas de Paul C?zanne, el segundo movimiento de la sinfon?a ?J?piter? de Mozart, ?La educaci?n sentimental? de Flaubert, Frank Sinatra, etc. En un momento y casi sin darse cuenta, ?el inconsciente le revela un motivo inesperado: la cara de Tracy (personaje encarnado por una jovenc?sima Mariel Hemingway). Esta revelaci?n lo toma por sorpresa y mientras se repone sonriente de este descubrimiento repentino, comienza a sonar en un in crescendo suave, perfectamente calibrado, ?la exquisita melod?a ?He loves, she loves? de George Gershwin. ?Quienes vieron la pel?cula recordar?n que la escena se transforma gracias a la genialidad de Allen, a la m?sica sublime de Gershwin y por supuesto a la revelaci?n en s? misma,? en uno de los momentos m?s bellos, po?ticos y rom?nticos del cine.
En realidad eleg? inaugurar este blog con la famosa escena de Manhattan porque aparte de encarnar una asociaci?n perfecta de poes?a y cine en su m?s puro estado, nos propone un interrogante que no estar?a mal de tanto en tanto tratar de responder/se: ?Por qu? vale la pena vivir? ?La metodolog?a que usemos para elaborar respuestas no importa mucho. Puede ser que queramos recrear la bella escena del maestro del clarinete en versi?n 2.0, y recostados en un sill?n le hablemos a alguna tablet, laptop o similar artefacto tecnol?gico moderno. O puede ser tambi?n que hagamos un repaso mental elemental sin registro alguno, mientras tomamos caf? o mate con medialunas e inclusive incorporemos el caf?, el mate y las medialunas a la lista de las cosas por las que vale la pena vivir. No importa el c?mo, no importan los ?tems de la lista, lo que importa, creo, es que de vez en cuando uno se tome un tiempo, aunque sea un ratito nom?s, para recordarse que a pesar de todo hay ciertas cosas y seres que con unos pocos y simples atributos nos recuerdan que ah? est?n, a mano, disponibles, presentes, para cuando necesitemos encontrar respuesta a la m?s b?sica de las preguntas existenciales: ?Por qu? vale la pena vivir?
Obsequio del d?a, la mentada escena Why is life worth living? del film ?Manhattan? (1979).